martes, 7 de octubre de 2008

ESTACIONES

Por suerte, ya han terminado de darme la medicación. Que la verdad, era una auténtica tortura: los panolis, entre los dos, tratando de inmovilizarme. Uno abriéndome la boca y el otro -él, siempre él- metiéndome la pastilla hasta el píloro. Que yo, no te vayas a pensar, a bocados y a arañazos, hasta ahí podíamos llegar.

Pero en fin, que, excepto este leve detalle, felizmente superado, la cosa sigue viento en popa. Lo que me noto es como más tranquila. E incluso, maldita sea, más cariñosa. Esto va a ser por la pérdida de hormonas. Como si lo viera.

Por lo demás, en esta casucha ya va refrescando. Suerte del parquet, ya te dije. Pero la biblioteca -por llamarla de alguna manera- es una auténtica nevera. No quiero ni pensar lo que va a ser de nosotros cuando llegue el invierno. Bueno, lo que va a ser de mí. Ellos, que se espabilen.

Menos mal que ya han sacado las mantas para el sofá, y quieras que no, la siesta me la echo bien calentita. A veces quieren quitármelas, cosa que yo resuelvo hábilmente con un mordisco a tiempo.

Cada uno, en su sitio.

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3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Pues espera un mes o dos y verás que caderonas se te ponen. La Gloria Gaynor felina vamos xD

7 de octubre de 2008, 13:03  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Pero pero pero... en que hogar has caído que leen revistas sobre rosales mientras se toman la temperatura con un whisky en la mano. Santa Madonna! xD

7 de octubre de 2008, 13:06  
Blogger MINA ha dicho...

Perdona, pero yo sé mantenerme en forma. No crea el ladrón que todos son de su condición, so adocenado.

Pues muy sencillo: en un hogar de urbanitas conversos con tendencia a la hipocondría y al alcoholismo xD

7 de octubre de 2008, 13:22  

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