IMPOSTURAS
Al parecer, los padres de la rubia estrenan perro. Lo sé porque los panolis, el otro día, llegaron a casa comentándolo. Volvían de la visita quincenal, y todo eran referencias al chucho de los cojones: que qué mono, que qué simpático, que si parece el del anuncio del Scottex. Hasta se pusieron a ver fotos en el portátil, que yo, por supuesto, atisbé desde detrás del sofá.
El perro no deja de ser un sieteleches, aunque un ojo inexperto podría llegar a confundirlo con un cachorro de labrador. Yo, sin embargo, que, viniendo de la calle, estoy ducha en las diferentes razas de cánidos que pueblan la urbanización, advierto el tongo al kilómetro. La risión será cuando pasen los meses y el bicho apenas levante tres palmos del suelo, a años luz de la pretendida corpulencia que se le espera.
Los halagos, hay que decirlo, venían mucho más de la rubia que del calvo. Él, aunque sin llegar a mis extremos, tampoco soporta a los perros. No dejó de verlo gracioso, pero sin más.
El calvo y los perros es que no se llevan desde tiempos inmemoriales: de pequeño, les tenía pavor -de hecho, aún se lo tiene-. El calvo, es ver un perro de cierta talla y ya está acojonándose. Si no sale corriendo es por el qué dirán.
Una vez, a los cuatro o cinco años, cogió una enfermedad rarísima que lo tuvo en un tris de irse al otro barrio. El pediatra dictaminó que se la había contagiado un perro. El pasmo familiar fue grande: pero si no se acerca a uno a menos de quince metros. Según el médico, el parquecillo donde el calvo jugaba con la arena debía estar contaminado de tanto can que cagaba por allí, y de ahí la infección.
Ligando todo esto con el sieteleches del principio, parece que el animalito, de tan pequeño, no puede salir aún a la calle a aliviarse, así que se desahoga en un periódico. Va a ser por eso que el calvo siempre dice que cierta prensa sólo sirve para limpiarse el culo.
Etiquetas: circunstancias
4 comentarios:
Pues el sieteleches en cuestión es precioso. Hoy mismo me tenía embobado viendo sus fotos en el Facebook de La Rubia. ¡Cosa más bonita por dios!
Ya te digo: ahora parece algo.
Cuando veas que se queda en perro salchicha ya me contarás.
Qué atrevida es la ignorancia.
Vaya, a la señorita le ha salido un competidor de carantoñas, mimos y gracias. si es que donde haya un perro que se quiten siete gatos!!!!
¿Se sabe algo de eso de que al calvo ha desempolvado la pluma verde de envidia por el éxito de su gata en Internet? xDDD
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio