domingo, 17 de agosto de 2008

ARMAS


Me está costando esto de aprender a usar las uñas. A veces calculo mal y las clavo donde no debo: anoche mismo, estaba el calvo ante el ordenador cuando me apeteció subirme a echar un ojo. Es que me pierden los ordenadores. Es ver la pantallita ésa tan luminosa y me pongo cardíaca.

A lo que iba: que el calvo, como hace calor, va sin camiseta -un ordinario, que por cierto se está poniendo como un tonel-. Total, que me preparo y le salto al regazo con las garras bien abiertas para que me hicieran de gancho. Lo mismo que hago para subirme al sofá, vaya.

Resultado: un arañazo doble en la panza del calvo, que repasó el santoral en un abrir y cerrar de ojos. Yo, por si acaso, me largué corriendo y no he vuelto a acercarme.

Luego igual voy y le ronroneo un poco. Por romper el hielo, digo.

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